Por: Víctor López García
Desde hace ya varias décadas estamos asistiendo (en espacios diferentes y tiempos distintos) en la mayoría de países del mundo (en unos más; en otros menos) al deterioro de la política, al declive de los partidos y a la degeneración de los políticos; y, en consecuencia, en la misma dinámica descendente, de los gobernantes y de los gobiernos que conducen. Al punto que gran parte de los ciudadanos a la escala global tienen nula o escasa credibilidad y confianza en la política y en los políticos, en los partidos y en los gobiernos. Para inmensos contingentes poblacionales en el orbe estos son sinónimo de ineficiencia y corrupción.
En síntesis, en diversas partes del mundo estamos viviendo el fracaso entre lento o acelerado de la Sociedad Política que en tanto Gobiernos y Gobernantes le viene fallando a los ciudadanos porque no ha sido capaz de edificar naciones de desarrollo económico y de progreso social, de modernización y de modernidad. Al contrario, seguimos siendo países atrasados y dependientes en ciencia y tecnología; rezagados en educación y cultura; explotados e injustos en el plano social e ineficientes y poco competitivos en el campo económico.
Por eso es que viene ganando más protagonismo que antes la presencia de la Sociedad Civil a través de diversas expresiones de participación en la Política y en la Gobernabilidad; también con menor o mayor intensidad en los diversos países del mundo. De ahí que cada vez más ciudadanos desde la no política o la anti política vienen asumiendo el liderazgo de las causas fundamentales de las personas y los colectivos; y algunos terminan participando en la vida política y ganando elecciones. Es el caso más extremo de Donald Trump en los Estados Unidos.
En nuestro país también viene ocurriendo lo mismo desde hace ya varias décadas donde personajes y personajillos de todos los pelajes han logrado intervenir en la vida política dando el salto desde diversos ámbitos de la Sociedad Civil; hasta ahora con resultados más negativos que positivos para la economía y la sociedad. En efecto, la mayoría de Alcaldes, Gobernadores y Presidentes que vienen siendo investigados, procesados y penalizados (presentes o ausentes) vienen desde el papel de ser independientes y no partidarizados; que han creado su movimiento en el camino para llegar al poder. Y han terminado siendo tan solo aventureros de poca o mucha monta; dependiendo del tamaño de los delitos incurridos. Nada más.
*Politólogo, Sociólogo y Comunicador.